Entre el Ebro y la comarca del Matarraña, las cordilleras pre litorales de Pàndols, Cavalls y els Ports presiden un paisaje espectacular típico del mediterráneo interior, donde se encuentra la DO Terra Alta. La vid se cultiva en terrazas, a menudo naturales, con varias pendientes, llanuras o bancales. El suelo de cultivo, con buen drenaje y de profundidad variable, es rico en caliza y muy pobre en materia orgánica. El clima es mediterráneo seco, aunque con una influencia continental fuerte. Si bien las lluvias no son muy frecuentes, hay que destacar el papel de los vientos dominantes: el Sers y las garbinadas. La ‘mediterraneidad’ de su terruño, el predominio de las variedades de uva tradicionales y la importancia de la Garnacha blanca definen bien su particular personalidad. Tanto es así que la DO cuenta con un distintivo de garantía específico: el “Terra Alta Garnacha blanca”. A lo largo de 6.000 hectáreas y con más de 1.400 viticultores inscritos, en Terra Alta se elaboran blancos, rosados, negros y hasta cuatro tipos de vinos de licor (mistela blanca, mistela negra, rancio y vino dulce natural).